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El amor de mi vida soy YO

  • Jasmina
  • 25 nov 2016
  • 2 Min. de lectura

Y lo que nos cuesta a algunos creer en esta frase... lo fácil es a menudo responsabilizar a los demás de nuestra felicidad y bienestar, pero no, el amor de tu vida no son tus hijos, ni tu pareja... el amor de tu vida eres TÚ. Yo hace poco que me di cuenta del significado que tiene esta frase. Si no me valoro, me cuido, me escucho, me conozco y me respeto, si no consigo un equilibrio no hay nada que me pueda hacer feliz y hacer sentirme bien, y no puedo responsabilizar a los míos de mi felicidad, es injusto, aunque reconozco que ellos influyen muy directamente.


He iniciado un curso on-line hace poco más de dos semanas que se llama "Quiérete más", lo imparte Fernanda Romo Ayala, una mujer, que por lo poco que la conozco, es de ese tipo de persona a la que quieres tener cerca, de las que sabes que vas a conectar, de las de admirar, de ese tipo de gente que desprende una luz especial. De momento me parece muy interesante y muy útil... muy enfocado a la mujer de hoy en día.


Suelo ser muy observadora, suelo pararme y mirar a la gente y veo especialmente en la generación de nuestras madres y abuelas, que han entregado su vida a cuidar de los demás, que ya ni siquiera saben qué es lo que les gustaría haber hecho, es como que están programadas para cuidar de los hijos, maridos, nietos... Era otra época es cierto, y hemos ganado mucho, pero también nuestras exigencias son mayores porque nuestros roles abarcan muchos más ámbitos y es entonces cuando resuena con fuerza esa frase de: a todo no llego. Y es cierto, a todo no podemos llegar sacando un 10, no podemos ser las mejores en todo y tenemos que aprender a priorizar.

Ser el amor de tu vida: algo que no parece complicado lo puede llegar a ser y mucho, a veces el tener una persona o un grupo de personas que te apoyen y te guíen puede servir de mucha ayuda, porque una misma no tiene los recursos para hacerlo y la mayoría de las veces hay que aprender a serlo, hay que aprender a quererse más. Cada uno con nuestro valor de ser únicos, deberíamos ser nuestro mejor amigo.


Imagina a tus hijos o a tu hermano pequeño o a ti mismo de pequeño ¿qué les dirías? ¿Qué consejos les darías? Cuando somos pequeños somos tan indefensos, nos queda tanto camino por recorrer y tantas piedras con las que tropezarnos... yo, a mis hijos les diría: "quereros mucho, no caigáis jamás en el egocentrismo, que vuestro reto sea el ser cada día mejores personas, pero siempre queriéndoos mucho, porque sólo así llegaréis allí donde os propongáis, la única forma de vencer el miedo es creyendo en vosotros mismos."





 
 
 

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